Era un estilo extravagante y andrógino, con gusto por las lentejuelas, los leotardos ajustados, los monos estampados y las botas de plataforma, así como cortes de pelo tipo mullet y abundante uso de pintura corporal. Para el calzado, entre los siglos xiv y xv (entre 1360 y 1410 aproximadamente) estuvieron de moda los zapatos con puntas alargadas, a veces de hasta 45 cm, conocidos como zapatos «a la cracoviana» (crackowes) o «a la polonesa» (poulaines).