En 1856, William Perkin introdujo los tintes de anilina, que ofrecieron una mayor variedad de colores. Al contrario que en otros idiomas, la diferencia entre lo esencial y permanente y lo accidental y transitorio se expresa mediante dos verbos copulativos: ser (semánticamente perfectivo) y estar (semánticamente imperfectivo). Por eso cuando en castellano se dice que «el cielo es nublado» se entiende que se trata del de un cuadro pintado, mientras que si decimos que «el cielo está nublado» nos referimos al cielo propiamente dicho.