El Imperio bizantino heredó en buena medida los usos y costumbres romanos, aunque también se recibió, por su posición geográfica, una fuerte influencia de Oriente: a Constantinopla llegaban las sedas y los brocados de Persia, India y China. Unos monjes lograron traer de China gusanos de seda, con lo que se desarrolló una notable industria sedera, cuyos productos estaban reservados a las clases altas. Así, cobraron un gran auge las revistas de moda, cuyos editores ganaron gran relevancia a la hora de imponer criterios de moda, entre cuyos nombres cabría citar a Condé Nast, Carmel Snow, sudadera real madrid 2023 Diana Vreeland y Edna Woolman Chase.