En esta nueva centuria se fueron fusionando conceptos antitéticos como creatividad y negocio, y surgieron cada vez más marcas que ofrecían productos de diseño a un precio asequible; un claro ejemplo es la marca española Zara, creada por Amancio Ortega. En esta época se afianzó un vestido-casaca largo, de amplias mangas, cruzado a la derecha y atado con un cinturón o faja (obi), usado tanto por el hombre como por la mujer: el kimono, elaborado generalmente en seda, de intenso colorido y decorado con dibujos o cenefas, cuyo diseño y color denotaban la edad y clase social del portador.