La principal premisa de este estilo fue la modernidad, la asunción de un nuevo estilo de vida que llevaría aparejado una nueva imagen para el hombre y la mujer. La moda constructivista buscó una línea de prendas sencillas y utilitarias, con una estrecha relación entre diseño y tecnología. También en esa línea práctica, en 1973 Diane von Fürstenberg lanzó su «vestido envolvente», válido tanto para día -con un blazer- o la noche -con joyas y zapatos de tacones-.