En el calzado, en esta centuria se llevaban zapatos de cuero de color negro o marrón, con diversos motivos ornamentales: hacia 1630 se decoraban con unas grandes escarapelas; hacia 1670, se ataban con grandes lazos, que sobresalían por los laterales del zapato; y, hacia 1690, se usaban unas lengüetas altas, dobladas sobre sí mismas. Los árabes, procedentes del norte de África, invadieron rápidamente la Península.