Lo austero del vestido se suplía con múltiples adornos, tanto en hombres como mujeres, como collares, aretes, diademas, charreteras de oro y perlas, ceñidores de muslo, aros de oro para antebrazos y pantorrillas, sudadera de real madrid etc. Ambos visten una hopalanda, una prenda multiusos tanto masculina como femenina. La falda era acampanada, ajustada en las caderas y con una pequeña cola. En tiempos antiguos, los hombres se tapaban con un faldellín o calzón corto, circunstancia que compensaban con una gran multiplicidad de adornos corporales.