También popularizó los cuellos de camisa altos, con unos extremos llamados winkers que podían llegar hasta los ojos. La aparatosidad de las prendas femeninas de la época fue criticada por algunas activistas pioneras del feminismo, como Amelia Bloomer, que intentó racionalizar el traje femenino de mediados del siglo XIX con un conjunto de corpiño, chaqueta real madrid falda hasta la rodilla y pantalones hasta los tobillos. En esta época estuvo de boga en Europa la moda inspirada en España, en los trajes castizos, de majas y toreros, especialmente las capas españolas para hombres y las mantillas, real madrid chandal peinetas y abanicos para mujeres.