A ello coadyuvó el cine de Hollywood, con películas como Little Women (1933) y Lo que el viento se llevó (1939). Otra influencia provino del guardarropa diseñado por Norman Hartnell para la visita de la reina Isabel del Reino Unido a París en 1938, inspirado en los cuadros románticos de Franz Xaver Winterhalter. También nació el concepto de piezas de guardarropa intercambiables, piezas separadas que permitían numerosas combinaciones entre ellas.