Este tipo de vestido se asoció con la elegancia y la sofisticación, y se convirtió en el arquetípico de las fiestas de graduación de las adolescentes estadounidenses, así como uno de los favoritos para vestidos nupciales. También en los años 1980 empezó a despuntar la moda japonesa, gracias a nombres como Yōji Yamamoto y Rei Kawakubo. Los peinados adquirieron altura y se usaban cofias o sombreros anchos.