Estas faldas creaban amplios pliegues y drapeados, que junto a la decoración de borlas y flecos recordaban a las cortinas domésticas, por lo que fue denominada «moda tapicera». Hacia 1870, las faldas se llevaron aplanadas por delante y abultadas por detrás, para lo que se sustituyó el miriñaque por el polisón, que se sujetaba con un cojín encima de la enagua. En España, además de la gran figura de Balenciaga, destacaron en los años 1950 y 1960 tres figuras que sentaron los cimientos de la alta costura española: Pedro Rodríguez, Manuel Pertegaz y Elio Berhanyer.