Posee deíxis y persona y la mayor parte de las veces género, número y caso (solamente en los pronombres personales hay caso). A esta propiedad de referirse a otros elementos tanto lingüísticos como extralingüísticos se la denomina deíxis. Ya en aquel entonces había diversas técnicas, como el damasco, el muaré, el piqué, la gasa, el tapiz y el bordado. El pronombre no admite apenas adjetivos (solamente los que indican identidad, como mismo en «él mismo», o número, como en «ellos tres»).