Los funcionarios y cortesanos vestían según su jerarquía, que se denotaba en una insignia (buzi) fijada en su vestido (bufu); existían nueve rangos civiles y nueve militares. Ya no son los diseñadores los que crean las tendencias, sino que es el público el que elige lo que le apetece en todo momento. Los vestidos eran de color azul por el cielo, amarillo por la tierra, rojo por el sol o blanco por la luna, según la ceremonia.