El vestido ceñía el busto y el talle, y el cuello y las mangas eran abombados. Entre las figuras más contemporáneas destaca Macario Jiménez. Promocionada por grupos musicales como Sex Pistols, este estilo caló en un sector de población juvenil descontento con la sociedad de su tiempo, para el que la imagen rompedora que llevaban era una forma de diferenciarse y de protestar frente a los valores burgueses, a través de prendas como los pantalones bondage, las camisas Anarchy, las camisetas destroy y los «jerséis del verdugo», que a menudo incluían imágenes provocativas, desde esvásticas y pornografía hasta retratos de Karl Marx.